Artículo sobre la Asociación Pídeme la Luna publicado en Diario Jaén 1/11/2015
Pídeme la luna ya es un nombre bonito para ponérselo a lo que sea, pero cuando se trata de alegrar la vida de personitas que no lo están pasando nada bien me parece que el nombre aún es mucho más lindo.
En los casos del cáncer infantil todo se torna gris, casi negro en un primer momento. Y continúa así por un período de tiempo indefinido. Afortunadamente, en nuestra tierra hay un grupo de personas que se niegan a dejar ese color de manera permanente y luchan por colorear con azul cielo los días y las ilusiones de personas, niños o jóvenes, que pelean por ganarle la partida al dichoso cáncer.
Marisol, Angela, Manoli, Rosa, Maria José, Pepa, Mª Angeles, Elena y Nazaret son las personas con las que estuve además de Fran y Julia que son dos de los críos que están ahora mismo en tratamiento.
Los sueños de los críos son cosas que siempre, por el hecho de ser niños, deberían poder hacerse realidad. Lamentablemente esto no ocurre en muchos casos salvo que, en su vida, se crucen unos ángeles que no llevan alas pero sí toda la ilusión y el amor que nadie podría imaginar.
Ya que la dichosa pelotita negra cae en manos de algunos de nuestros paisanos más jóvenes, al menos, tienen la suerte de contar con un ejército pequeño pero implacable de chicas que hacen pequeño el dicho de que la belleza está en el interior. Con ellas uno tiene la sensación y la seguridad de que, en este mundo, todo es posible. Ante casos, como los que ellas conocen a diario, de pequeños o jóvenes con cáncer, se ponen manos a la obra para arroparlos, entretenerlos, darles cariño a manos llenas y procurar conseguir lo que cada uno de ellos anhela en medio de una situación caótica e indeseable en la que se encuentran sin saber muy bien por qué.
Según me dice Marisol, con la que estuve hablando, ellas son una auténtica fábrica de sueños; sueños imposibles que ellas se encargan de hacer realidad.
Lo mismo les piden ver el mar, que conocer a Cristiano Ronaldo, que el director de nuestro castillo lo invite a cenar al pequeño, nadar dentro de la piscina de los delfines junto a ellos o…conocer Eurodisney.
Cada sueño tiene su dificultad. Algo tan simple como cambiar de colegio para estudiar en un sitio que no traiga malos recuerdos a veces no es fácil de conseguir…pero se consigue.
Unos cuestan a nivel económico. otros por lo inaccesible del personaje…da igual lo que cueste, ellas pelean, cuentan, visitan, piden, rebuscan, luchan y al final, da igual como, consiguen lo que les han pedido.
Tienen muy poquitos socios y se mantienen con las cuotas de gente buena que les echa una mano y con mucha imaginación, tiempo y paciencia que ponen gustosas a disposición de “sus niños”.
Que las familias y los propios enfermos puedan dsifrutar de tiempo en que la enfermedad pase, aunque cueste trabajo creerlo, a un segundo plano no tiene precio. Ellas van guardando ilusiones en bolsitas que luego reparten a modo de sorpresa como soplos de brisa fresca y limpia. Tan limpia como la mirada de esos niños que tiene a veces olvidado hasta como se sonríe y que recuperan la costumbre gracias a mis, desde mi visita al Hospital Ciudad de Jaén, nuevas amigas de Pídeme La Luna.
Y como uno no sabe nunca, a quien le va a tocar la pelotita considero que, si en justicia, alguno de los que leéis esto, podéis rascaros sólo un poquito el bolsillo y echar una mano, estas chicas podrán tenerlo algo más fácil. Seguirán luchando estemos o no a su lado, pero igual que, como debe ser, otras veces nos hacemos eco de desgracias ocurridas muy lejos de nuestra tierra, ahora podemos hacer lo mismo muy cerquita de casa.
Todo vale para ayudar, dinero, contactos para conseguir algo que están buscando…hay mil y una forma de echar un cable y todas son igual de necesarias para allanar el camino.
De lo único que se enriquecen en esta asociación es de ver la sonrisa de sus niños cuando ven su sueño hecho realidad.
Acaban de volver de estar con los peques, los padres y algunos abuelos en Eurodisney…y lo han conseguido gracias al inmenso esfuerzo de muy poquitos.
Podría contaros muchas de las cosas que hacen a diario pero…en resumen…sólo puedo decir que los Reyes Magos tienen su sucursal central en Jaén y aquí no sólo trabajan en Navidad. Aquí los Reyes, que van sin capa y con batas blancas y de dibujitos, trabajan todo el año. Las podréis ver sin corona…ellas lucen una sonrisa. Y no van siguiendo una estrella…ellas van consiguiendo La Luna…Son un ejemplo para quien las conoce…y están muy cerquita de todos nosotros…¿Os animáis a hacer una visita?
Comentarios
Como dice nuestro campeón Santi.”Lo has clavado la labor de PÍDEME LA LUNA “.
Gracias Miguel Angel. Un saludo