Jamás pierdas la esperanza
Mi idea cuando se incluyó este blog en la web no era, en absoluto, sentar jurisprudencia sobre ningún tema, criticar a nadie ni nada por el estilo que fuera en tono negativo. Creo que para eso ya hay excedentes en todo tipo de aspectos.
Tampoco se creó para originar una nueva obligación que me encadenara a tener que publicar algo periódicamente fuera con más o menos contenido.
Mi idea era, y es, simplemente, dejar constancia, cuando encuentro el tiempo suficiente y siento la necesidad, de acontecimientos o inquietudes que voy teniendo en determinados días como en el caso de hoy.
Hace tiempo, se pusieron en contacto conmigo para realizar una entrevista en la revista que, mensualmente según he entendido, publican enfermos con cierto tipo de desequilibrios psíquicos (intentaré ser lo más cuidadoso posible para no herir la sensibilidad de nadie y si lo hiciera ruego me intentéis disculpar) en el Hospital Princesa Sofía de Jaén.
Hoy ha sido el día en el que he realizado, para estos pacientes de los que hablaba, la entrevista con todas las preguntas que, ellos mismos, han tenido a bien hacerme.
Como siempre busco el lado positivo de las cosas y hoy, más que nunca, hay muchas cosas que reafirman mi forma de ver la vida.
Positivo ha sido ir por conocer un mundo que, generalmente a nivel social, se desconoce. No tenemos problema en decir que nuestro hijo o un sobrino nuestro se partió el brazo jugando al fútbol pero un maldito tabú nos impide hablar de alguien querido o cercano que tiene algún tipo de problema de carácter psíquico.
Es un mundo bastante complicado del que, salvo que no nos afecte directamente, no queremos saber demasiado y que evitamos dando muestras de un error bastante evidente.
Precisamente por eso hoy, todo ha sido maravilloso. A los pacientes les ha encantado (aunque suene mal, dicho por mí) mi visita. Pero el más beneficiado casi con toda seguridad de lo que ha ocurrido he sido yo.
Entre otras preguntas ha habido varias relacionadas con mi vida profesional, personal y, algunas también, referentes al problema que a ellos les afecta.
Me he dado cuenta de que, aunque intento evitarlo, estamos al margen en muchos momentos de gente que no tiene la suerte con la dichosa bolita que va cayendo según a qué persona de un color que no es el más deseado.
Hace años participé en algún programa de chistes en el que, posiblemente, no me extrañaría que, por guión o de motu propio, contara el típico chiste referente a los “locos”..
Puedo asegurar que, desde hoy, aunque siempre haya sido muy respetuoso con este tipo de casos, voy a poner especial interés en evitar referirme a nadie utilizando ese feísimo término y procuraré que nadie a mi alrededor falte al respeto a la gente que padece, cada día, junto a sus seres queridos una dolencia tan implacable como negativa.
Quiero decir con todo esto (no sé si hasta ahora he conseguido decir algo en claro) que me alegro de corazón haber tenido constancia de un sector de la población, uno más lamentablemente, que no tiene la suerte de otros y que necesita nuestro apoyo y ayuda cuando, de las dichosas instituciones, no suela ser patente.
Mi admiración más absoluta a todos y cada uno de los profesionales que luchan a su lado a diario por proporcionar, a ellos y a sus seres queridos, una mejor calidad de vida dentro de lo posible. Doy fe de lo duro que es ir superando, a veces de manera casi imperceptible, pequeñas metas que van apareciendo a cada momento.
Y por supuesto, con más motivo, mi admiración absoluta a los familiares que no dejan de estar a lado de los suyos en conseguir el mejor objetivo posible.
Por último, bravo por todos los campeones que he conocido y los que hay repartidos por tantísimos sitios con el mismo problema. Me han vuelto a dar una lección de humildad y de humanidad al comprobar que muchos, nos quejamos normalmente sin motivo por cosas que, realmente no son imprescindibles.
Me gustaría antes de acabar dejar constancia, ya que se me ha hecho referencia en twitter, de que si hago público todo ésto, puedo asegurar que, en ningún momento lo hago buscando ningún tipo de protagonismo (quizá pueda parecerlo en algún aspecto) como pueda ocurrir en otros casos. No tengo que justificarme al respecto cada vez que haga algo por mucho que haya gente que piense que lo hago por egocentrismo o publicidad. El que me conoce sabe que, quien piense así, se equivoca por completo.
Si, de alguna forma, hago referencia a actos como el de hoy, viene motivado simplemente por la necesidad de compartir, con quien tenga a bien leer este artículo, lo que ha ocurrido y si, además, consigo sensibilizar un poco a alguien, mejor que mejor.
Hoy lo hecho como siempre, muchas menos veces ocurre de las que me gustaría, consecuencia de mis obligaciones personales y profesionales, sin pensar en el qué dirán en absoluto.
Lo hago sólo, quizá de forma egoísta, porque produce una sensación maravillosa ver un resultado positivo en los demás. Es, lo digo de corazón, una necesidad vital que necesito calmar de vez en cuando.
Me demandan ayuda de muchísimos sitios y lamento no poder atender a todo el mundo, que más quisiera yo…
Por suerte, hoy, hemos podido mejorar un poquito más a nivel personal.
Gracias a todos los que han tendio a bien compartir conmigo esta experiencia de hoy.
Un abrazo igual de grande que vosotros. Prometo seguir la frase de la portada de la revista que me habéis regalado hoy “Jamás pierdas la esperanza”
Comentarios
si señor Santi…yo tengo un amigo y una compañera de trabajo con ese problema y me doy cuenta de la hipocresía de la mayoria. Todos nos mostramos como muy sensibilizados con esta gente en momentos puntuales, pero a veces me da la impresión que es para lavar nuestra conciencia, luego en el dia a dia te das cuenta que en el fondo se les rechaza…….repito en el dia a dia…….en la rutina…en pararte 2 minutos a hablar con ellos…en preguntarles como están……en hacerles una broma…..en contarles un chascarrillo…….no se…lo que hacemos con los demás…….con ellos no es lo mismo…….y me da mucha pena y rabia……….contaré una anécdota que sucedió hace poco, sé que voy a parecer un poco pedante y pido perdón, pero es para ilustrar lo que intento explicar: Mi compañera de trabajo es la limpiadora, la otra tarde la dio un mareo y se cayo por la escalera, se hizo mucho daño en la espalda, lleva de baja 2 semanas, yo la he llamado varias veces y esta muy triste….por que no la llama nadie…….esta decepcionada con algún@s……mañana la hacen una resonancia….yo lo tengo apuntado en mi agenda……..Santi eres grande tio.
Hola Crack, ánimo y adelante que son gente que merece mucho la pena. Haz por ellos lo que no hagan los demás. Te lo agradecerán mucho y te acostarás más ancho que largo que ya es difícil con lo alto que tú eres. Un abrazo fuerte y a ver si coincidimos de una vez que tengo ganas de darte un buen abrazo. Cuídate.
Santi, eres un genio, no solo como humorista, sino como persona. No se puede decir eso de todo el mundo, ni de muchas personas. Tu valentía y coherencia con tus creencias y tu religión, tu ejemplo en definitiva, tanto en tu vida pública como en tu vida privada, ayuda a otros muchos que tienen “miedo” al “qué dirán” o “qué pensarán”. ENHORABUENA !!! Sigue así, y no cambies…, recuerda que muchos deseamos (y necesitamos) ver ese testimonio que das, como faro que ayuda a guiarnos en la niebla…
Muchísimas gracias. Un saludo
Hola Santi, soy un estudiante de periodismo de Leganés (Madrid). Estoy muy interesado en realizarle una entrevista acerca de su carrera profesional principalmente. Se trata de una entrevista de carácter únicamente universitario, por lo que me encantaría ponerme en contacto con usted con este fin y que me aportara alguna facilidad para contactar. Disculpe las molestias.
Muchas gracias, un saludo
Cada cosa que leo me hace querer conocerte más, personas como tú las hay contadas y sin necesidad de demostrar nada a nadie y de la manera más desinteresada del mundo, hablas mediante actos enseñándonos cómo deberíamos actuar. Es la primera vez que entro en tu blog, y aunque la noticia sea de hace ya un tiempo, he sido incapaz de cerrar la página sin decirte que me has emocionado con tus palabras. Tu manera de pensar y actuar es la que tan poco abunda hoy en día. Y como adolescente de diecisiete años que soy, he decidido tomar como ejemplo a gente como tú, que la fama no se les ha subido a la cabeza y no tienen problema en pasar tiempo con los demás. Eres enorme, no me cansaré de repetirlo.
Desde aquí mandar un ánimo a todas esas personas que se encuentran en esa situación. Es duro. Y agradecer a todas esas personas que les acompañan, a todos esos héroes anónimos. Sois grandes, chicos.
Gracias Pablo por el detalle de dejar tu comentario y por animarme (no sabes en qué medida lo hace el ver opiniones como la tuya) a seguir obstinado en aportar mi granito de arena defendiendo que “hacer el bien” puede llegar a ser contagioso, con lo que eso conllevaría. Recibe un fuerte abrazo y mi admiración sobre todo porque el mensaje viene de una persona con tu edad que, normalmente, por lógica, implica estar pendiente de otro tipo de cosas que, con tus años, a todos nos deslumbran mucho más. Un fuerte abrazo
Cada vez que me meto de vez en cuando y veo que has escrito algo nuevo me paro a leerlo detenidamente y, he de decir, que siempre me emocionas.
Eres muy grande, y no te lo tomes como peloteo, pero cada vez que te oigo diciendo en “tu cara me suena” “VIVA JAÉN”, siento todavía más orgullo de ser de donde soy, y es gracias a ti.
¿Qué tal si escribes sobre qué se siente (de esa manera que sólo tú sabes) al dar el premio a “tus niños de Down”?. Sería más emocionante leerlo todavía si cabe.
Un besazo de una bailenense (a la que no le tocó el gordo esta navidad jejeje).